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Este sábado 23 de Mayo de 2015, es declarado Beato el Obispo Salvadoreño Oscar Arnulfo Romero, a 35 años de haber sido asesinado estando celebrando Misa.

El marco en donde ocurren los acontecimientos es un país Salvadoreño, donde corre el año de 1972, donde existe mucha pobreza y un grupo de 14 poderosos terratenientes, que acumulan grandes riquezas y tienen gran influencia con la clase gobernante.

Se ven acciones como: represión violenta a estudiantes de la Universidad (1972), Masacre con asesinato de más de 100 manifestantes de la población que protestaban por la elección fraudulenta del General Carlos Romero, quien se instala como Presidente de la Republica, sobre la sangre de los muertos en la Plaza de la Libertad de San Salvador (26 de Febrero de 1977) y unos días después es asesinado, en la carretera cerca de “los Mangos” el Sacerdote Jesuita Rutilio el Grande, gran amigo de Oscar Romero y dedicado a una labor apostólica con los más pobres en su comunidad de “los Aguilares”.

Estos acontecimientos a través del tiempo, toma al Sacerdote Oscar Romero, como un Obispo recién llegado de Roma y conviviendo con las clases privilegiadas, hasta las sacudidas que recibe al ver actos de represión a la población por la clase gobernante y los poderosos que son capaces de mandar matar, con tal de conservar sus privilegios, a costa de la ignorancia e injusticia de los más débiles,, dándose en esa época por otro lado, la efervescencia Revolucionaria Sandinista en Nicaragua.

Los hechos mencionados, culminan con la muerte del Padre Jesuita Rutilio el Grande, hecho que sacude al Arzobispo Oscar Romero y lo hace ver en toda su magnitud las injusticias en las que se está viviendo su país.

Y se ve la transformación de un Arzobispo Oscar Romero, que en sus inicios de alguna manera justifica los hechos, como un “restablecer el orden”, “una tibia condena”, hasta llegar a ser “El portavoz de los pobres y necesitados”.

Es una voz que se convierte en la más popular “Comunicación Radiofónica” y critica más incómoda para gobierno y clase terrateniente, que maneja escuadrones de la muerte.

Contraviniendo las órdenes del gobierno llama a la celebración Multitudinaria de fieles a la Misa del 20 de Marzo que se convierte en una muda protesta y el llamado al cierre de 3 días de los colegios en señal de protesta.

 

No toleran los poderes más a Monseñor Romero y termina su vida terrenal con su Asesinato en plena Misa el 24 de Marzo de 1980, en plena celebración de Misa.

Es pues un Martir que a nivel Religioso y Espiritual, luchó por los más necesitados y busco la justicia para ellos y desde donde mora estará pidiendo por la justicia entre los hombres, sobre todo de los más necesitados.

A nivel terrenal, no puedo menos de hacer un comentario, que me parece fundamental.

No son las ideologías, ni de “Derecha” o de “Izquierda”, las que ayudaran al ser humano, pues quienes las manejan solo ven su interés en el poder y la riqueza, a costa de los demás y a través de sus “falsas promesas”, o convierten a sus países en “Dictaduras demagógicas” de izquierda o “hacen entrega de sus patrias a los grandes capitales”, donde los trabajadores y pequeños empresarios locales son arrasados.

La respuesta está en el despertar de la conciencia de los ciudadanos de todos los países, de que sólo los valores, la responsabilidad y compromiso compartido de todos puede hacer de su país uno mejor.

Deberemos de dejar de pensar, en que son las promesas de quienes lleguen al poder las que nos hagan progresar, sino es trabajo de todos y nos debemos comprometer todos: “Debemos de trabajar, cumplir la ley y rendir cuentas todos, pueblo y gobierno”.

¿No lo cree usted así?.-AAGA.