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Lucía, una niña de 8 años de edad, se sentía mal de un tiempo a la fecha y no se explicaba que pasaba, todo le parecía confuso, veía a su padre llorar y marcharse a trabajar y a su hermana también llorar constantemente al regresar de la escuela y no veía a su Madre.

Y así pasaba el tiempo, y todo le parecía un sueño del cual no lograba despertar.

Recordaba su vida de estudiante de primaria, sus vueltas a la carretera con sus amigas y el contar de los colores de los carros y quien de ellas había atinado a más carros del color elegido.

Últimamente resonaba en su mente y no sabía porque, la historia que mencionaban sus amigas de que en la carretera había un tramo de subida, en que los vehículos en lugar de bajar, caminaban para arriba si se les dejaba en neutral.

 Pero tiempo después, de repente, en este momento, en que todo le parecía aún extraño, logró ver llegar a su Madre, que la veía con amor y la presencia de un Sacerdote rezando en compañía de su Papá y de su hermanita Rosita y sus tías Mónica y Raquel….

Pero antes de seguir, describamos de quienes estamos hablando…. hace ya algunos años se dio esta historia, y fue en la época en la que se construyó el libramiento de La Piedad, que parte a la altura del Hotel Holliday Inn y desemboca a la salida hacía Zamora y la super carretera a Guadalajara.

Este libramiento pasa a un costado de la Colonia Panamericana, pegada a la Colonia Vasco de Quiroga y ahí se dan los acontecimientos con Lucia.

En una humilde casa de Francisco, de estos rumbos, vive, este esforzado padre de familia, que con Mónica su esposa, Rosita de 12 años y Lucia de 8 años se completaba el número de miembros de la misma.

Para sostener a su familia de la alimentación diaria, estudios y arreglos necesarios de su humilde casa, debían de trabajar su esposa, ayudando en casas ajenas y cuando no había trabajo en casa ajena, se dedicaba al lavando de ropa y planchando y Francisco la hacía de multichambas, ya sea de ayudante de albañil o de electricista, pues la falta de estudios no les permitía a esta pareja de esposos el hacer otra cosa.

Eso sí, muy católicos y chambeadores, trataban de inculcarles los valores y buen ejemplo a sus hijas, a pesar de lo difícil de los ambientes de esta época.

Lucía era una niña hermosa, inquieta y muy amiguera, que le gustaba salirse rumbo a la carretera, después de regresar de la escuela, a ver pasar los vehículos y contar con sus amiguitas cuantos vehículos pasaban de un color y cuantos de otro, con sus muñecas y juegos de té que llevaban a ese lugar.

Todo esto se daba, sin el permiso de sus padres que ya les habían advertido que no anduvieran por esos rumbos.

De repente todo se le fue aclarando y recordó ese nefasto día… en compañía de sus amigas Raquel y  Juanita se dieron otra de sus escapadas a la carretera para contar carros y se le voló su muñeca por el aíre tan fuerte que hacía y fue tras ella sobre la carretera, sucediéndose la tragedia…. Un carro arrolló a Lucía causándole la muerte instantáneamente….

Mónica una de sus amigas, corrió a su casa y avisó a su Mamá, quien llegó de prisa y ante su desesperación se cruzó en forma imprudente y también fue arrollada por un autobús que se descolgaba por la bajada de la carretera y no pudo evitar dar muerte a la mamá de Lucía.

La desgracia llegó por partida doble a la casa de Francisco, quien no podía mitigar su dolor, a pesar la llegada de sus cuñadas Mónica y Raquel que lo apoyaban en el cuidado de su hija Rosita, pues a partir de que concluyó el novenario, todos experimentaban sucesos extraños relacionados a la fallecida Lucía, la escuchaban hablar y oían sus pasos y se comentaba que en el tramo donde se dieron los acontecimientos, los vehículos que se ponían en neutral subían la pendiente en lugar de bajar la misma.

Con deseos de ayudar al alma de Lucía llamaron a un Sacerdote que fue a rezarle… Lucía comprendió lo que pasaba… ya estaba muerta, pero sintió una gran tranquilidad a pesar del dolor de perder a su Padre y a su hermana, pues vio y escucho a su Madre que con amor le dijo; “Ven hija mía, ya es hora de ir con Dios…”

Saludos.-AAGA.