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Cuando se habla sobre el hambre en el mundo, se está hablando sobre una situación que ha vivido la humanidad desde tiempos inmemoriales y que da razón de ello la historia de nuestro mundo.

Especulando del tiempo del hombre de las cavernas, se habla de un hombre que se tuvo que enfrentar a las fieras y cazar para poder sobrevivir.

Después aprendió a sembrar y dejó de ser una especie errante para asentarse en un lugar, pero siempre encontramos personas que tenían una situación de opulencia y otras en situación de pobreza y que padecían hambre.

Pasando desde la Pre-Historia, Antigüedad, Edad Media, Revolución Industrial y ahora era de las Comunicaciones y Revolución en las Ciencias, tanto Tecnológicas como Biotecnológicas, se sigue viendo que sigue existiendo hambre en el mundo.

También se ha pasado al través de diferentes sistemas de gobierno, emanados de diversas ideologías, que hasta el momento no han sido capaces de dar solución a este problema de la humanidad.

Reinados, Dictaduras, Socialismo, Comunismo o el Capitalismo, y la multimencionada “Democracia”, han sido capaces de dar solución de este flagelo de la humanidad.

Se ven extensas zonas del mundo, donde las hambrunas son de novelas de terror, y se dan tanto en lugares que son desérticos, como en lugares donde la naturaleza ha sido bondadosa con el ser humano y hay muchos recursos naturales y también encontramos que se da en lugares donde hay una gran concentración de habitantes, como en otros de poca densidad poblacional.

No es tampoco sinónimo esto de alguna etapa de la historia del mundo.

Lo que sí ha sido una constante, es que ha habido grupos con exceso de recursos y por otro lado seres humanos que viven en estados deplorables de miseria.

No es la solución, como hemos visto, los sistemas políticos basados en ideologías, que ponen los recursos en manos de los particulares o en colectivos, o en manos del estado, lo que da solución a este problema.

Somos testigos de sociedades del desperdicio, donde sobra la comida y los bienes y es el consumismo y el afán de poseer el que mueve a nuestras sociedades actuales y el esquema sobre el cual se mueve la economía de esta época.

Lo que se ha visto, es que es la ambición del hombre, cuando su dios es el dinero y el poder, lo que lo hace entregarse a poseer lo material y lo pone en primer lugar, sin pensar en los demás hombres.

El mensaje del Evangelio de este domingo, donde nos platica, sobre la historia de la multiplicación de los 5 panes y los 2 pescados, que un joven compartió con Jesús, para que el pudiera repartirlo con la multitud y darse ese milagro, nos debe de hacer reflexionar, sobre el mensaje que existe en este hecho para nuestra época y de todos los tiempos.

Si el hombre regresa al ámbito de la espiritualidad y no de lo material, entonces seriamos testigos, de que compartiríamos con nuestros hermanos los recursos de este mundo, estableciendo sistemas que den la oportunidad a todos de ganarse “el Pan nuestro de cada día”.

No es cuestión de regalar lo que cada quien se gana con su esfuerzo, sino que sepamos compartir de espíritu y que los esquemas de funcionamiento de la sociedad sean incluyentes de todos y no sólo el afán de lucro, sea el centro y motor de nuestros esfuerzos, sino sobre todo el pensar a través del “Amor a nuestros semejantes”, lo que encuadre el actuar de nuestra sociedad, moviendo y cultivando la mejor parte del ser humano: “El compartir con nuestros hermanos lo que nos da este mundo”, y entonces creo que comprobará que hay suficientes recursos para todos.

¿No lo cree usted así?.-AAGA.