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Hola hola!!!, al pie del cañón como siempre mis amigos para recorrer nuevamente el tiempo aquí en el Rincón de Arturín.

     Y miren lo que comparto con ustedes este día…la inolvidable canoa que nos cruzaba de Santa Ana a Río Grande, ah….que recuerdos, cuando iva a medio río, recuerdo metía mi mano al agua de nuestro Río Lerma, no envidiaba para nada andar en Venecia, era un momento bello, ver a los señores halar la cuerda para llegar al lado opuesto y de allí, inmediatamente casi corríamos entre caminos con arroyos de agua cristalina, adornados con las flores de alcatraz, para llegar a donde nos vendían los pepinos, las lechugas, las zanahorias, las flores, hermoso tiempo aquel.

     Amigos míos, en ese tiempo,  cuando ivamos a pensar que después sería un río seco, sucio, ya sin canoas, y mucho menos sin agua, a nuestros hijos y nietos, ya sólo podremos contarles únicamente que Río Grande, Michoacán, era un pequeño paraíso que alguna vez fue apacible, tranquilo y rústico, el cual ya ha crecido y han desaparecido inifinidad de parcelas, para dar paso a casas que antes no estaban,  vaya que se extraña ese poblado hermoso en la actualidad, pero que tuvo  ayeres que ya nunca volverán.

Por: Arturo Camarena.