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¿Por qué un hecho tan fuera de lo normal como el que un burro hable, se puede dar?

Bueno permítanme el remontarme a los años 40’s, y la historia de Joaquín, un niño de una familia campesina del rumbo de las rancherías de “la mula”, “San Juan del Fuerte”, no sabiéndose bien de donde era, pues cuando salió a luz pública, habían personas que aseguraban que procedía de “Paredones” o “Los Guajes”.

El hecho es que Joaquín desde pequeño fue muy inquieto y era quien empujaba a sus demás 4 hermanos, German, Roberto, José y Mario a hacer travesuras a pesar de ser el menor de todos, quienes trabajaban ayudando a su padre a las labores del campo.

Tal vez porque la gota que provocó se derramara el vaso, estuvo en que en la fiesta que se organizó para la tía Teófila, en el rancho, el mocoso de Joaquín de 6 años de edad provocara que se pelearan sus hermanos con los primos que asistían a la reunión.

Ahí salió la propuesta de la Tía Teófila de llevarse a Joaquín a La Piedad a que estudiara, para tener la disciplina de maestros “y quitarle lo malora”, -la escuela fue cosa que ninguno de sus hermanos tenía oportunidad de asistir, por estar dedicados a ayudar a sembrar en el campo-, la propuesta de llevarse a Joaquín, fue rápidamente aceptada y determinó el que se fuera a vivir con su tía y a estudiar a la ciudad.

No tardó en hacerse de amigos, que eran, ya lo adivinó, de los más maldosos de la Escuela, asistían en la calle y cuando se puso mano dura y lo tenía la tía en casa, asistía en el corral con sus amigos “Disque estudiando”, yo diría planeando maldades.

A tiros y jalones, entre castigos y regaños, llegó a 3º. de Primaria y lo callejero, peleonero y líder en maldades, no podía controlar la tía Teófila, quien era bondadosa, aunque porfiada y muy devota, rezaba por Joaquín a la par que lo regañaba y apoyada en los consejos del Padre Rubén de no cejar en enderezar al difícil Joaquín.

Joaquín había por sacar al burro que tenía en el corral y ser su sello distintivo de su pandilla en las maldades que hacían en el pueblo.

Se encerraba en el corral con sus amigos “dizque a estudiar”, lo que hacían era el repartirse lo que habían robado a sus compañeros a niños en la calle y a fumar.

La tía enterada de esto, recriminaba a Joaquín y le decía, “corrige tu camino o se te va a aparecer el diablo”.

Ese domingo, llegaron Joaquín y 3 compañeros, muy escurridizos rumbo al corral y cuando la tía les dijo adónde van, ya es tarde, ellos le aseguraron que tenían tarea urgente que hacer.

Entraron y estaban temblorosos y asustados, pero Joaquín ya obscuro recargándose en el burro dijo a sus amigos, ya no seamos cobardes, nadie se dará cuenta que nosotros fuimos quienes empujamos al barranco a Pedro.

En eso, entró su tía Teófila al corral y el burro donde estaba recargado Joaquín habló y dijo: “Joaquín dile a tu tía que ustedes empujaron a Pedro al barranco”.

Todos salieron despavoridos del corral y se los llevó Teofila con su amigo el Padre Roberto y ahí confesaron los hechos, los cuales fueron corroborados, encontrándose al niño Pedro, quien afortunadamente no murió, pero quedo con graves secuelas de salud, que lo condenaron a caminar con muletas.

Los niños prometieron corregir su conducta desde ese día y la historia trascendió porque los niños la contaron a sus familiares y autoridades escolares y de justicia.-AAGA.