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Pues resulta que ya han concluido las elecciones intermedias de nuestro México, en este año de 2015.

Ya se dan muchas lecturas al flujo de participación de los ciudadanos, y en el sentido que tiene su voto para cada uno de los partidos, y también del porcentaje de los ciudadanos que aunque fue a las casillas anulo su voto o expreso su descontento.

Todo desde la perspectiva y óptica de los contendientes y de los analistas políticos.

Más sin embargo, algunos aspectos que no deberíamos de dejar de pensar y ser motivo de análisis y preocupación son los siguientes:

¿Los niveles de participación en las elecciones de la población registrada en el padrón electoral, menor al 50%, deja satisfecha a los mexicanos, tanto ciudadanos como políticos?.

¿El esquema y sistema de información plasmado en la legislación en materia política son los correctos y justos para los derechos a participar y estar informados por la población?

¿Todos los ciudadanos que votaron por determinado partido, lo hicieron dando su aval incondicional a tal partido, o por considerarlo el menos malo, por ignorancia o dejándose comprar el voto?

¿Los ciudadanos independientes que ganaron, no serán el reflejo ciudadano de rechazo a los partidos?

¿El nivel educativo de nuestra población, no será un elemento limitante para la toma de una buena decisión al votar?

¿No será una causa del sub desarrollo del país, un pueblo y un gobierno con problemas de corrupción?

¿Un país con problemas educativos no impide el desarrollo de nuestra nación?

¿No será pues una asignatura pendiente para los gobernantes ahora elegidos, el tomar las decisiones adecuadas para dar las condiciones a los ciudadanos para impulsarlo a una participación más activa y responsable en el destino de su país, antes, durante y después de las elecciones?

¿No es engañar, el hacer creer que los gobernantes son los que logran el desarrollo del país y no el esfuerzo de todos y el gobierno lo que debe hacer es una buena Administración?

A mi entender, nosotros los ciudadanos debemos de comprometernos día a día con nuestro trabajo y vigilar y exigir que el gobierno haga bien el suyo y hacer oír nuestra voz, la cual está obligado el gobierno a hacerlo, cuando lo que se pida sea justo, sin necesidad de marchas y afectaciones a terceros, pues parece que se hace más bien caso de los revoltosos y violentos, que del ciudadano pacífico y responsable.

En fin, la construcción del México de progreso, paz y justicia, es responsabilidad de todos y por tanto, nuestra participación no concluye en la emisión de nuestro voto, ¿no lo cree usted así?.-AAGA.